30 de marzo de 2023

El huevo fue clave en pinturas de grandes maestros




Los investigadores consideran que artistas como Botticelli y Da Vinci utilizaron huevo para perfeccionar las propiedades de las pinturas al óleo Vale la pena trabajar con un huevo cuando se pinta al óleo, descubrieron los investigadores, ya que con la incorporación de la yema de huevo se evitan las arrugas, el color amarillento y los problemas de humedad.




El uso del huevo como medio aglutinante de pigmentos, un tipo de pintura conocida como temple de huevo, tiene una larga historia y aparece en obras como los murales del palacio de Néstor en Pilos, que datan del año 1200 a.C.

No obstante, en el siglo XV se produjo un cambio en la pintura europea, que comenzó a utilizar más bien el óleo como aglutinante, un método favorecido por los primeros pintores neerlandeses, como Jan van Eyck.

A pesar de este cambio, se ha encontrado huevo en las obras de los grandes maestros, como Sandro Botticelli y Leonardo da Vinci. La Piedad, del primero, es una de las obras en las que se utilizó huevo en la pintura al óleo.

Ahora, los científicos señalan que tienen nuevos datos sobre las razones por las que estos artistas podrían haber añadido dicho ingrediente a sus óleos. (El) huevo se utiliza para modificar y mejorar las propiedades de la pintura”, explicó el Dr. Patrick Dietemann, del Doerner Institut en Alemania.

En un artículo publicado en la revista Nature Communications, Doerner y sus colegas explican cómo analizaron la cuestión creando tres tipos de pintura. La primera estaba hecha de pigmento molido mezclado con aceite de linaza, en la segunda se utilizó la misma mezcla, pero se añadieron unas gotas de yema de huevo, y la tercera fue creada mezclando un pigmento con una solución de yema de huevo diluida que, después de que se secara, fue molida y disuelta en aceite.

Los resultados revelan el modo en que la yema puede influir en la rigidez de la pintura, dependiendo de cómo se añada y del pigmento que se utilice.

“Al cambiar la técnica de preparación se pueden modificar las propiedades de la pintura. Por tanto, dos pinturas que tengan la misma composición pueden tener microestructuras distintas y esto se traducirá en propiedades diferentes”, explicó la Dra. Ilaria Bonaduce, autora del estudio de la Universidad de Pisa.

El equipo descubrió que se podían crear pinturas al óleo muy rígidas añadiendo unas gotas de yema de huevo, lo cual permite aplicar la pintura en capas gruesas que no se desparraman, técnica conocida como impasto.

“Además, la rigidez de las capas inferiores evita que la superficie de la pintura se agriete (o) se arrugue durante el secado”, explicó el profesor Norbert Willenbacher, uno de los autores del estudio del Instituto Tecnológico de Karlsruhe.

El equipo también descubrió que la humedad influía menos en las propiedades de la pintura blanca de plomo cuando se preparaba secando el pigmento con la yema de huevo antes de molerlo y añadirle aceite. “(La yema) protege las pinturas de los cambios indeseables provocados por la absorción de humedad del ambiente, debido a que el agua queda capturada en la capa proteínica (que rodea los pigmentos)”, señaló Willenbacher.

El estudio también revela que, en general, la yema de huevo aumenta el tiempo de secado de las pinturas, una característica que los investigadores atribuyen a sus propiedades antioxidantes, que a su vez contribuyen a proteger las pinturas de la degradación con el paso del tiempo.

Aunque el equipo señaló que no era posible excluir adiciones involuntarias de huevo en las pinturas al óleo, Bonaduce comentó que era probable que los grandes maestros conocieran bien los beneficios de este ingrediente. “Estoy bastante convencido de que no sabían cuáles eran las explicaciones químicas y físicas de lo que hacían, pero sabían muy bien qué era lo que hacían”.

Fuente: la-lista.com

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