Investigadores de España viajan a Ecuador para enseñar alternativas de envases biodegradables de sus productos
El tema de empaques biodegradables sigue tomando popularidad, y los bioplásticos cada vez son más usados por las empresas, los cuales se realizan de materiales sustentables como restos de cacao.
Este proyecto de bioeconomía circular, es realizado en Esmeraldas Ecuador, por científicos del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea “La Mayora”, de Málaga España, para continuar con la producción de bioplásticos.
Un proyecto sustentable
A partir de los desechos de la cáscara de cacao se producen envoltorios de cacao, con un valor añadido, en donde se involucran mujeres locales de la provincia del Ecuador para producirlo.
Se dice que la producción mundial de plásticos alcanzó los 368 millones de toneladas en 2019, de los cuales un 40% se destinaron a envases en alimentos.
El papel de la bioeconomía en nuestra sociedad es fundamental para afrontar los nuevos retos de un mundo dominado por los plásticos de un solo uso, que generan un gran impacto medioambiental irreversible” comenta la investigadora del IHSM La Mayora Susana Guzmán.
Bioeconomía
Con este escenario se demuestra que el tema de los bioplásticos no es sólo para ganar popularidad en el mercado, sino para hacer un bien en el impacto ambiental, ya que muchos de los plásticos de un solo uso tienen derivados del petróleo y son un riesgo para la salud.
La investigadora y sus colaboradores, viajaron a Ecuador para compartir su conocimiento y demostrar como los restos de caco que desperdician pueden tener una segunda vida creando envolturas ecológicas para sus propias tabletas de cacao.
Los productores de cacao, se muestran agradecidos con esta labor de ofrecer soluciones sostenibles que aporten un valor añadido a la producción de cacao local, que tiene una popularidad en ventas en toda la región y es elaborado por mujeres de la zona.
Cáscara de cacao es sustentable
La cáscara de cacao supone alrededor del 20% en peso del fruto de cacao, actualmente, es considerada un subproducto de la industria agroalimentaria con usos de escaso valor añadido como “abrigo” para proteger la plantación de hongos de suelo.
Sin embargo, la producción de los subproductos es superior a las necesidades para la cobertura del suelo, creándose un excedente que se convierte en un residuo para la comunidad.
Es por eso que Guzmán, ve como gran alternativa utilizar el residuo para bioplástico apto para el envasado de alimentos que se utilizara en la misma cooperativa de mujeres para envolver las tabletas de chocolate que elaboran.
Fuente: thefoodtech.com
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