El descenso del nivel del agua ha debajo a la vista nuevos petroglifos y esculturas de épocas precoloniales, aunque no es la primera vez que esto ocurre en la Amazonia
La Amazonia es uno de los principales pulmones del planeta: produce más oxígeno que ninguna otra área del mundo a la vez que absorbe toneladas de CO2. En sus más de 5 millones de kilómetros cuadrados se ubica un entrelazado de ríos y afluentes que dan vida a un 10% de la biodiversidad de la Tierra.
Sin embargo, a día de hoy ya no es noticia que este entorno se encuentra gravemente amenazado a causa de la deforestación y otras sobreexplotaciones de sus recursos naturales, el aumento de los incendios, el cambio climático y la sequía, entre otros.
Es precisamente uno de estos factores el que ha propiciado las condiciones necesarias para un fascinante descubrimiento: un descenso considerable del nivel del agua en el río Amazonas ha expuesto unas curiosas caras talladas en rocas que anteriormente estaban sumergidas.
Los rostros, de apariencia humana, podrían tener más de 2000 años de antigüedad, y aunque por el momento no han podido ser datados con exactitud los expertos aseguran que se trata de evidencia del paso de tribus indígenas de época precolonial o incluso prehistórica asentadas en la zona.
Esta identificación ha sido posible gracias a otras tallas similares que habían sido documentadas con anterioridad. Ahora, gracias a la variedad más amplia de esculturas y petroglifos hallados en las rocas costeras de Ponto das Lajes, los expertos podrán investigar más sobre sus orígenes.
Además, se han detectado surcos alargados y lisos similares a cortes en las mismas rocas, que sugieren que estas comunidades las habrían usado también para afilar lanzas, flechas u otras herramientas similares antes de la llegada de los europeos y la colonización de estos territorios.
El Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN), vinculado al Gobierno de Brasil, es el organismo supervisor de la preservación de este y otros sitios arqueológicos e históricos de la zona, así como el encargado de llevar a cabo investigaciones adicionales con los restos arqueológicos que se encuentran.
El causante, el cambio climático
En este pequeño cabo situado en la confluencia del Río Negro y el Río Solimões, cerca de la ciudad de Manaus, el nivel del agua está unos 15 metros por debajo de los límites registrados tan solo 3 meses atrás, según ha reportado la agencia de noticias Reuters.
Por su parte, el Gobierno brasileño ha atribuido este dramático descenso del río al cambio climático y al fenómeno meteorológico “El Niño”, que ha reducido las precipitaciones por debajo de la media histórica.
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Fuente: nationalgeographic.com.es
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