Un estudio reciente ha descubierto que algunos de los animales más longevos del mundo viven en un lago del desierto de Arizona, ya que algunos de ellos nacieron en 1918.
Los investigadores han encontrado el segundo género de animales del que tres o más especies tienen una esperanza de vida conocida de más de 100 años, lo que podría abrir las puertas a estudios sobre el envejecimiento en disciplinas como la gerontología y la senescencia (envejecimiento) entre los vertebrados.
El estudio se centra en tres especies de peces del género Ictiobus, conocidos como peces búfalo.
“Es probable que exista un tesoro escondido de información sobre el envejecimiento, la longevidad y la senescencia insignificante dentro del género Ictiobus”, dijo en un comunicado el autor principal de la investigación, Alec Lackmann, icetiólofo y profesor de la Universidad de Minnesotta Duluth. “Este estudio arroja luz sobre este potencial y abre la puerta a un futuro en el que se pueda lograr una comprensión más completa del proceso de envejecimiento de los vertebrados, incluso para los humanos. La investigación plantea la pregunta: ¿Cuál es la fuente de la juventud de los peces búfalo? “
Lackmann ha estudiado peces búfalo antes, y su investigación de 2019 llegó incluso a extender la edad máxima previamente pensada para el búfalo bocazas de alrededor de 25 años a más de 100 años mediante la aplicación y validación de una técnica de cálculo de la edad mucho más refinada que la que había sido utilizada anteriormente. En lugar de examinar las escamas del pez, “se extraen los llamados otolitos, o piedras del oído, del interior del cráneo del pez, y luego se cortan las piedras en secciones delgadas para determinar su edad”, dijo Lackmann.
Aproximadamente el 97% de las especies de peces tienen otolitos. Son pequeñas estructuras parecidas a piedras que crecen a lo largo de la vida del pez, formando una nueva capa cada año. Cuando se procesa adecuadamente, científicos como Lackmann pueden examinar el otolito con un microscopio compuesto y contar las capas, como los anillos de un árbol, y conocer la edad de los peces.
Los peces búfalo son nativos del centro de América del Norte, incluido Minnesota, pero los de este estudio reciente se encontraron en el lago Apache, un embalse en el desierto del suroeste. Originalmente criados en criaderos y estanques de cría a lo largo del río Mississippi en el Medio Oeste, el gobierno sembró peces búfalo en el lago Roosevelt (aguas arriba del lago Apache), Arizona, en 1918. Si bien en el lago Roosevelt se pescaba comercialmente, las poblaciones de peces del lago Apache permanecieron prácticamente intactas hasta que los pescadores recientemente aprendieron a pescar peces búfalo constantemente con caña y sedal.
Cuando estos pescadores conservacionistas de captura y liberación notaron manchas naranjas y negras únicas en muchos de los peces que estaban capturando, quisieron aprender más sobre las marcas y encontraron la investigación previa de Lackmann. Un pescador de Arizona, Stuart Black, se acercó e invitó a Lackmann a una expedición de pesca en el lago Apache, donde los peces recolectados serían donados a la ciencia.
Al estudiar los peces recolectados en el evento de pesca y analizar la edad de sus otolitos, Lackmann descubrió que algunos de los peces búfalo de la población de Arizona de 1918 probablemente todavía estén vivos hoy, y que la mayoría de los peces búfalo en el lago Apache eclosionaron a principios de la década de 1920. Más importante aún, descubrieron que las tres especies diferentes de peces búfalo encontradas en el lago tenían edades superiores a los 100 años. Hasta donde saben, tal longevidad en múltiples especies de peces de agua dulce no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.
Para Lackmann, existen interesantes posibilidades para el futuro del estudio de este grupo único de peces, con implicaciones de gran alcance.
“Estas especies de peces e individuos de larga vida podrían monitorearse para que podamos estudiar y comprender más a fondo su ADN, su fisiología, su capacidad para combatir infecciones y enfermedades, y comparar estos sistemas a lo largo del espectro de edades”, dijo Lackmann. “El género Ictiobus tiene potencial para resultar de gran valor en el campo de la gerontología, y el lago Apache podría convertirse en un epicentro para una variedad de investigaciones científicas en el futuro”.
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Fuente: europapress.es
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