Científicos del Instituto Salk, en Estados Unidos, han descubierto en ratones un mecanismo de reparación de los nervios dañados durante la neuropatía periférica. La proteína Mitf ayuda a activar la función reparadora de las células de Schwann especializadas del sistema nervioso, lo que ofrece una nueva diana terapéutica potencial, según publican en la revista ‘Cell Reports’.
La neuropatía periférica, en la que los nervios situados fuera del cerebro y la médula espinal resultan dañados y provocan dolor y pérdida de sensibilidad en las zonas afectadas, puede deberse a diabetes, lesiones, enfermedades hereditarias, infecciones y otras causas.
“Queríamos saber qué mecanismos controlan la respuesta al daño en los nervios periféricos en distintas condiciones, como traumatismos agudos, trastornos genéticos o enfermedades degenerativas –explica el profesor Samuel Pfaff, autor principal del estudio–. Descubrimos que las células de Schwann, que son células especiales de los nervios que protegen y sostienen los axones de las neuronas, entran en su estado de reparación gracias a una vía mediada por la proteína Mitf”.
El sistema nervioso periférico está formado por todos los nervios que se ramifican desde el cerebro y la médula espinal para proporcionarnos sensaciones en todo el cuerpo. Hay muchos tipos de células en los nervios periféricos, pero Pfaff y su equipo se centran en conocer las neuronas, que transmiten información por todo el sistema nervioso, y las células de Schwann, que protegen las neuronas sanas y reparan las dañadas.
La capacidad del sistema nervioso periférico para reparar daños es notable si se tiene en cuenta que el sistema nervioso central, formado por el cerebro y la médula espinal, no es capaz de reparar daños. Sin embargo, aún no se conocen bien los mecanismos que orquestan esta hazaña.
Para desentrañar cómo se diferencian las células de Schwann para empezar a reparar el daño nervioso periférico, los investigadores observaron modelos de ratón de la enfermedad de Charcot Marie Tooth (CMT), un tipo de neuropatía hereditaria.
“Al iniciar este proyecto, pensé que cuando se tiene un trastorno genético de degeneración nerviosa, las células mueren y la recuperación no es posible –recuerda la primera autora Lydia Daboussi, exinvestigadora postdoctoral en el laboratorio de Pfaff y actual profesora asistente en la UC Los Ángeles (Estados Unidos)–, pero nuestros hallazgos muestran que hay programas genéticos activados por Mitf que reparan algunos de los daños producidos en esos escenarios de enfermedad crónica, y cuando se desactivan esos programas, los síntomas de la enfermedad empeoran”.
En ratones con CMT, los investigadores observaron que las células de Schwann que realizaban las reparaciones tenían altos niveles de Mitf en sus núcleos, donde se almacenan las instrucciones genéticas sobre cómo ser una célula de Schwann y cómo realizar las reparaciones.
Tras investigar esta relación entre Mitf y las células de Schwann, descubrieron que Mitf se encontraba en el citoplasma de las células de Schwann hasta que detectaba el daño neuronal. Entonces, el daño hacía que Mitf se trasladara del citoplasma de la célula al núcleo, donde dirigía a la célula de Schwann para que realizara las reparaciones.
Para validar la importancia de Mitf en la creación de células de Schwann reparadoras, los investigadores eliminaron Mitf por completo. Tanto en casos de traumatismo como de CMT, la reparación del nervio se detuvo en ausencia de Mitf, lo que demuestra que Mitf es necesaria para la reparación y regeneración del nervio periférico.
Según Daboussi, Mitf actúa como un extintor de incendios. Siempre está ahí, en la célula de Schwann, desapercibido hasta que se produce el daño. Y cuando se produce el daño, Mitf está listo para actuar y activa inmediatamente las funciones de reparación de la célula.
Lo más sorprendente, observó Pfaff, es que Mitf orquestaba estas reparaciones durante una enfermedad crónica como la CMT.
“Aprovechar los programas de reparación de las células de Schwann tiene un gran potencial en el tratamiento de enfermedades crónicas –afirma Pfaff, que también ocupa la cátedra Benjamin H. Lewis en el Salk–. Es posible que con terapias dirigidas podamos incitar a más células de Schwann a reparar el daño nervioso periférico e impulsar esas reparaciones hasta su finalización en los casos crónicos. Además, ahora que conocemos mejor los mecanismos de reparación, podemos ver si es posible iniciar reparaciones también en el tronco encefálico y la médula espinal”.
En el futuro, los investigadores quieren estudiar más específicamente la neuropatía diabética, la neuropatía periférica más frecuente. También esperan explorar terapias que refuercen esta vía de reparación para crear más células de Schwann programadas para reparar daños, independientemente de si el origen es traumático, genético o evolutivo.
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Fuente: infosalus.com
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