Una peculiar característica en la piel del armadillo más pequeño del mundo fue revelada en un reciente estudio científico
En Argentina, bajo tierra, en madrigueras excavadas con ayuda de sus garras, viven unas extrañas criaturas rosadas que miden menos de 15 centímetros y pesan 100 gramos. Los armadillos hadas rosadas son animales tan poco conocidos que en la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) aparecen en la categoría de Datos insuficientes.
Sin embargo, cada vez se descubre más acerca de este increíble animal. Un reciente estudio publicado en la revista Zoological Society of London reveló una característica peculiar de este armadillo, conocido también como pichiciego por su escasa visión.
¿Cómo es el armadillo hada rosada?
El armadillo hada rosada, de nombre científico Calyptophractus retusus fue descrito por primera vez en el siglo XIX, según los registros de la IUCN; pese a ello, es bastante desconocido, a diferencia de otras especies.
Actualmente, no se sabe si su población está aumentando o decreciendo, pero se sabe que está distribuido en zonas específicas en Argentina. Se limita a habitar en lugares con suelos arenosos y sueltos, como en sabanas y matorrales.
Son seres casi completamente subterráneos y destacan sobre otros los mamíferos que se ocultan bajo la tierra, según se describe en el mencionado estudio. Para ello, sus garras son grandes en comparación con su cuerpo, lo que a la vez les brinda dificultades para movilizarse en terrenos sólidos. Un rasgo peculiar es que su caparazón “muestra características únicas en comparación con otros armadillos”.
Respecto a su dieta, se estima que está basada en hormigas y otros insectos, pero se conoce muy poco acerca de sus hábitos porque la mayoría de los ejemplares en cautiverio han fallecido en días, sin poder sobrevivir un poco más de una semana, lo que también dificulta su estudio.
El nuevo hallazgo sobre el armadillo hada rosada
“Por extraño que parezca, el animal posee una doble capa de piel”, indicó Cecilia Krmpotic, autora principal del estudio, al portal científico Live Science. Esta característica sería única entre los mamíferos conocidos hasta hoy.
“La capa más externa, que alberga escamas cornificadas y osteodermos, actúa como un manto o cubierta sobre la capa interna, que muestra un abundante y fino pelaje blanco”, detalla la especialista.
Estas características de su armadura es señal de que pueden mantenerse a salvo mientras excavan, pero también mantienen flexibilidad para atravesar espacios estrechos. Se estima que tal adaptación ocurrió en algún periodo entre 32 y 17 millones de años atrás.
“Además, la modificación de la disposición de los pelos en los primeros osteodermos de escudo pélvico puede sugerir adaptaciones biomecánicas, como una mejora en el desplazamiento a través de los túneles de suelos arenosos”, se indica en el estudio.
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Fuente: larepublica.pe
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